Ebooks (capítulo 2): Kindle EE.UU. vs Europa

Con el Kindle, Amazon tenía como objetivo que comprar un ebook fuera más fácil que ir a una librería a comprar un libro físicamente, o que piratearlo bajándolo de Internet. Una vez configurado el Kindle con nuestros datos personales (incluidos los bancarios), es conectarlo, buscar el libro, comprarlo y listo. Al menos, esto es la teoría. La práctica no es tan bonita como la pintan.
Para empezar, el Kindle hay que importarlo de EE.UU. Esto implica aranceles, de los que Amazon se encarga muy amablemente incluyendo éstos en el precio de la compra. Personalmente, tengo experiencia con importar tecnología de fuera de la Unión Europea y esto implica, básicamente, pagar dos veces por el mismo concepto: el IVA en EE.UU. y los aranceles en Europa. Desconozco si hay alguna forma de desgravarse esto en la renta, pero sospecho que sólo es posible para empresas. Tanto el Kindle como sus ebooks se compran en realidad en EE.UU., lo que implica pagar en dólares estadounidenses. Normalmente, nuestro banco nos cobrará una comisión por el intercambio de divisas.
Finalmente, como se demuestra en este artículo de The Guardian, los ebooks en Europa son más caros que en EE.UU. En la tienda de EE.UU., los nuevos títulos están a unos 10 USD, mientras que aquí llegan a unos 14 USD. Como se indica en el artículo de The Guardian, esta diferencia se debe a que:
  1. La conexión a Internet del Kindle es cortesía de AT&T, un proveedor americano. Como es demasiado complicado llegar a acuerdos con cada país, Amazon ha decidido evitarse la molestia. En la práctica, esto significa que los Kindle fuera de EE.UU. se conectan en modo roaming, al igual que nuestros teléfonos cuando salimos del país. De ahí las tasas de "castigo" que AT&T paga a los proveedores de cada país.
  2. El IVA en Europa es más alto que en EE.UU. Lo que siempre ignoran las compañías extracomunitarias es que en Europa cada país establece su propio IVA para según qué productos, por lo que no es justo generalizar. En España, el IVA hasta julio de 2010 es un 16%, mientras que en Dinamarca es de un 25%. Además, en ciertos países, los libros tienen un IVA reducido (en España es un 4%, en el Reino Unido están exentos), pero parece ser que los ebooks a efectos financieros no son libros, sino que se facturan como un servicio. Como siempre, los políticos no se ponen las pilas con la tecnología (chiste fácil, lo sé).
  3. Un coste administrativo adicional de vender libros fuera de EE.UU. Al menos, es lo que dice Amazon. A mí me suena a impuesto revolucionario o "porque sí".
El coste es sólo un factor diferenciador entre el Kindle en EE.UU. y fuera de allí. Aparte de tener ebooks más caros por el roaming de AT&T fuera de EE.UU, aquí no podemos disfrutar de conexión a Internet para leer blogs (previa suscripción de pago), hacer búsquedas en Google, consultar la Wikipedia, etc.

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