lunes, 28 de febrero de 2011

Tesina liberada y diploma del máster

La semana pasada me llegó por correo el diploma del máster. Como no es de una universidad española, no he tenido que a) acercarme a la secretaría, b) esperar a que la funcionaria vuelva de El corte inglés, c) solicitar la expedición del diploma, d) pagar por el diploma en una oficina bancaria, e) entregar el justificante de pago, f) esperar unos meses y e) acercarme a la secretaría de nuevo para recoger el diploma. Supongo que en lugar de e), también te lo pueden enviar a casa, pero ahora no recuerdo cómo fue cuando recogí el diploma de la licenciatura.

El caso es que el diploma llegó solito, sin preguntar, ni pedirlo, ni pagarlo aparte, ni nada. Incluso hicieron una gala de entrega de diplomas a finales de enero, a la que no asistí. El máster no era precisamente barato, aunque sí estaba subvencionado para estudiantes europeos en un 85%, por lo que se comprende que no haya tenido que pagar por el diploma y que la universidad celebrara una ceremonia de graduación, algo que no tuve cuando me titulé.

Algún insensato me ha pedido la tesina porque el tema le interesa. Titulada "Current Challenges in Free Localisation Software: CT3, Interoperability, Data Exchange and Online platforms" (¡toma ya!), la he subido al blog bajo licencia CC BY-NC-SA, al igual que el resto del blog, y puede visualizarse en PDF aquí. No es gran cosa, hice lo que pude para quitármela de en medio y conseguir una nota decentilla. Además la investigación no es lo mío. Nótese el typo en toda la portada: "Computer Science Deparmtent". Es lo que tiene hacer cosas a las tantas de la madrugada horas antes del plazo de entrega y de salir de viaje.

Twitter privado y twitter profesional: ¡fuuuuusión!

Ya mencioné en otra ocasión que soy algo introvertido y no me gustan las redes sociales. En una muestra más de lo consecuente que soy, me he abierto una cuenta en Twitter.

Comencé el 18 de febrero con un nombre de usuario por el que se me conoce en los círculos más frikis de Internet. La intención era tener una cuenta para mis tonterías, enlaces simpáticos y comentarios sobre el episodio de ayer de The Big Bang Theory y Fringe, ay omá qué rica está Natalie Portman, y otra cuenta para temas profesionales: traducción, lengua, mundo GILT, la vida autónoma es la vida mejor, etc.

Hoy me ha dado por cotillear en las cuentas de traductores famosos y he visto que muchos no tratan exclusivamente temas profesionales, sino que comentan noticias generalistas y se tratan con gente no tradujóloga. Sé que si mantengo dos cuentas a la vez, me equivocaría de cuenta día sí y día también y publicaría las cosas donde no tocan. Por lo tanto, he cambiado mi usuario de twitter a @jordibal.

lunes, 14 de febrero de 2011

Modelo freemium y calidad en ebooks frente a pbooks: Espía de Dios

El 28 de enero, Juan Gómez-Jurado (JGJ), escritor, publicó un artículo muy bien escrito y argumentado en relación a la piratería y los cambios en la industria de contenidos. Alejandro Magno Sanz se picó y le dijo que regalara su novela si tenía güevos. JGJ dijo que sí, que los tenía, dos concretamente, y publicó en su Twitter enlaces a su primera novela en formato ePUB (el formato de ebook más común) y en formato app para iCacharros. Cualquiera se los podía descargar, pero donando 1 eurito a una ONG si no era mucha molestia.

Ya que estaba, sus amigos de Twitter le animaron a crear una web a la que se pudieran sumar otro autores. Una novela para ti, un eurito para la ONG. Desde luego, me parece mejor opción que simplemente decir "como las editoriales no me publican, aquí pongo mi enlace para que cualquiera lo descargue", como hacen otros.

No sé cómo habrá convencido a la editorial para que le dejara colgar su primera novela gratis en Internet. Es un gesto admirable y consecuente con su postura sobre la piratería. Pero no olvidemos que el autor tiene más novelas publicadas, una de ellas bastante reciente, y que "solo" se ha auto pirateado su primera novela. Paulo Coelho ya lo hizo en su día, aunque él con muchas novelas a saco. No estoy criticando a JGJ por compartir la primera novela en lugar de todas sus novelas o la última, que supongo será la que más se vende ahora. Me imagino incluso que no criticará ni perseguirá que sus otras novelas se encuentren fácilmente gratis en Internet, así que da un poco igual.

Sin embargo, no debemos olvidar que los autores no viven del aire. Difícilmente puede uno considerarse escritor (o traductor, o pintor, o programador) si no cobra por su trabajo de alguna forma. Puede ser, por ejemplo, médico o administrativo que escribe como afición por la noche. Vale. Ahora, seguro que los terremotos Twitter de a) el artículo sobre la piratería y b) el zas en toda la boca a Alejandrito le han ido muy bien a JGJ. Para empezar, su nombre y su obra se han dado a conocer. Muchos habrán ido a la librería a comprar el libro que ha liberado el autor o a comprar otros libros suyos.

Regalar ebooks antiguos de un autor para vender los recién publicados no es nada nuevo: ya lo hacía Jim Baen hace ocho años al incluir un CD con ebooks antiguos al comprar una novedad en papel. Es una práctica habitual en ebooks, especialmente con las sagas de novela de género (fantasía, ciencia-ficción, romántica, terror): rebaja o regala las entregas anteriores para conseguir lectores interesados en la nueva entrega.

El caso es que hace unos días en un foro hispano sobre ebooks estaban primero alabando la postura del autor y luego quejándose de los fallos en la maquetación del ePUB. Para empezar, el ebook no tenía TOC o índice de capítulos. Hoy he leído en Todoebooks una queja (y con razón) sobre los fallos no ya de maquetación, sino de revisión y edición que tiene la versión "oficial" liberada por el autor. Bueno, es comprensible: a JGJ le pillaría en un calentón el comentario del Cantante de Miami, convirtió su manuscrito a toda prisa a ePUB y salió lo que salió. Seguro que no tenía a mano la versión final totalmente revisada y bien maquetada que fue a imprenta, sino el archivo que entregó a su editor. Es normal y comprensible. Lo que no es tan normal es que la versión oficial (sin comillas) para iCacharros en iTunes, que hasta la semana pasada era de pago, tuviera los mismos fallos que el ePUB liberado. Eso ya no vale, por muy barata que fuera la app.

Cito la entrada de Todoebooks:
¿Esto que demuestra? Pues demuestra que los editores consideran el ebook un subproducto guarro, sin ningún control de calidad y que simplemente se hace para contentar a cuatro frikis que usan ebooks. Eso si, lo venderemos a 15 o 20 euros (no es el caso del libro que nos ocupa en este post, afortunadamente), nos quejaremos de que "la gente es muy pirata y se lo baja gratis", y haremos leyes para cerrar webs.
Tiene toda la razón del mundo el administrador de Todoebooks, además de currarse un script muy chulo para aplicar las correcciones fácilmente al ebook. Como ya he dicho, lo anterior es perfectamente aplicable a la versión para iCacharros del ebook, aunque supongo que la versión con la que se ha hecho la app parte también del autor y no de la editorial.

Primero se piensa en el pbook (libro en papel) y el ebook es un producto de segunda categoría. Es habitual en muchas editoriales, cuando les da el venazo de sacar un ebook de un libro ya publicado hace años la pregunta; "¿ande andará la versión electrónica?" Es decir, "¿dónde guardamos el archivo definitivo que enviamos a imprenta?" Ni idea, tú. "Voy a pedírselo al autor, que igual lo tiene." Aquí pueden pasar dos cosas: que lo tenga y no sea la versión definitiva o que no lo tenga y toque escanear una versión impresa. Esto hasta hace dos días era lo normal: en el registro de la editorial se guardaba como versión definitiva el libro en papel y a veces se guardaba un manuscrito no definitivo. Claro, luego llega el momento de publicar el ebook y lloran: "es que es muy caro y costoso publicar la versión en ebook". Y a menudo se publica con más fallos que la última versión impresa. Luego los ladrones son los lectores, claro.

La historia del ebook falluto tiene final feliz. Alguien ha avisado a JGJ y este ha dejado un comentario en el blog de Todoebooks. "Gracias por el curro, lamento las molestias, convertí con Calibre un manuscrito no definitivo, voy a ver si consigo el archivo final". Menos mal que es un autor enrollado y se entera. Y gracias a Twitter por facilitar el contacto a personas de interés.

El problema está en todos esos ebooks comerciales llenitos de fallos de los que avisas a la editorial y esta pasa olímpicamente de contestarte, cuando debería disculparse y prometer pronto remedio. Bueno, las editoriales que se adapten y proporcionen productos de calidad con compra fácil y a precios económicos, sobrevivirán. Las que no se adapten, allá ellas.

sábado, 12 de febrero de 2011

Mil millones de palabras traducidas en 1 semana

Uso Google Reader para estar al corriente de lo que pasa en el mundo. Encuentro una web que me interesa, o hago un comentario en una entrada de blog, o alguien comparte un artículo de una web que me parece interesante y voy añadiendo el feed (que ahora me entero se traduce como "fuente web") a Google Reader. Un momento, voy a contar cuántas "fuentes webs" sigo. ... 138. No, no las he contado una a una, aunque he estado a punto; se puede ver en Settings -> Subscriptions.

El caso es que, con tantas fuentes, hay momentos en que se me acumula la faena y dejo cosas sin leer. Afortunadamente, Google se preocupa por mí y me borra las entradas no leídas con más de 30 días de antigüedad, para que no me estrese demasiado. Por lo tanto, llega un momento en que tengo que ordenar las entradas por las más antiguas primero para ponerme al día o arriesgarme a perder cosas interesantes. Eso es lo que he estoy haciendo ahora.

Leo en el blog de la Common Sense Advisory que Asia Online tradujo más de 3,5 millones de artículos de la Wikipedia, con más de 1.000 millones de palabras, del inglés al tailandés. En una semana. Obviamente, no hay suficientes traductores para hacer esto en una semana, ni siquiera si en lugar de "traductores", contamos con todos los tailandeses con conocimientos básicos de inglés y de manejo de un PC. Faltaba más, se trata del motor de traducción automática de Asia Online, que rula sobre 50 servidores de cuádruple núcleo.

Es gracioso, porque el artículo reza "[Asia Online's CEO] claims that the actual translations were carried out in just one week". Perdone usted, pero eso no es "la traducción en sí", sino "la pretraducción" o "la traducción automática" (TA). El siguiente párrafo lo aclara, "What comes next is crowdsourced proofreading." Personalmente, no tengo nada que objetar. La traducción automática me parece muy bien para muchos tipos de texto y para muchas combinaciones de idiomas (según el motor de TA) y el CT3 (crowdsourcing) en la traducción (o postedición, como en este caso) me parece perfecto para las traducciones sin ánimo de lucro. Como bien cierra el artículo: "[this much translation] could never be justified on purely commercial grounds".

Ahora que sabemos todo esto no tiene mucho sentido el titular sensacionalista de esta entrada, ¿no? Pues algo parecido pasa con el titular del artículo de CSA cuando lo nombra el "proyecto de traducción más grande jamás concebido". No es un proyecto de traducción. Es el pistoletazo de salida a un proyecto de postedición en clave de crowdsourcing.

jueves, 10 de febrero de 2011

Nokia, desencantando personas

Este fin de semana he ayudado a mi madre a configurar su flamante móvil Nokia C7. ¿He dicho "móvil"? ¿Desde cuándo hay que configurar un móvil? Miento, se trata de un smartphone o teléfono inteligente. En los últimos 2-3 años, se ha producido una revolución silenciosa. Cada vez quedan menos móviles puros que no tengan al menos su aplicación de Facebook. Hoy en día, un smartphone es un ordenador en pequeñito. Por lo tanto, es normal que el común de los mortales, es decir, el no friki tecnológico, se las vea y se las desee para tratar de aprovechar su nuevo móvil más allá de echar una foto ocasional o bajarse el politono de Sálvame. Eso los que quieren aprovecharlo, claro, que muchos solo lo tienen para fardar.

El caso es que estaba ayudando a mi señora madre a dar de alta el C7 en la tienda Ovi de Nokia, algo parecido al Android Market de Google o a la App Store de Apple, cuando se encontró con la siguiente pantalla. Estamos hablando de alguien a quien no le gusta dar números de teléfono ni registrarse en ningún sitio "no vaya a ser que me estafen como con los politonos de la tele".

No sé si se verá bien, pero bajo "Número de móvil", aparece una ayuda que reza "Introduzca el formato internacional, por ejemplo, +123456789". Mi madre me pregunta: "¿Aquí pongo el número con un más delante?" Y yo le digo: "+34, que es el código de España. Ahí sale +1, que es el código de EEUU y Canadá". Y empieza a escribir "+134...". Ya la hemos liado. ¿Habré sido yo, que he dado demasiada información? ¿O será que la ayuda no lo es tanto?

¿Por qué aparece como ejemplo "+123456789"? Uno, porque es un número obviamente inventado y que queda bien mono y dos, porque en el texto original, escrito en inglés internacional (es decir, americano), aparece ese número. Y a nadie se le ha ocurrido cambiarlo.

Más de una vez me he encontrado manuales escritos para un país concreto, ya sea el país del fabricante del producto (Japón, China, Corea o incluso Reino Unido), ya sea el mayor exportador de Occidente, es decir, EEUU. Advertencias de seguridad, medidas (voltaje, longitud, temperatura...), teléfonos del SAT (servicio de Asistencia Técnica), referencias a la ley "estatal" y "federal" (EEUU), legislación sobre radiofrecuencia, sobre gestión de residuos electrónicos o contaminantes... A veces está claro que ciertos datos hay que adaptarlos, por ejemplo, las especificaciones técnicas que aparecen en imperial (pulgadas, Fahrenheit) hay que convertirlas a métrico (centímetros, Celsius) o, en el caso de que aparezcan en los dos sistemas, eliminar el imperial.

Sin embargo, otras veces no está tan claro y hace falta pedir permiso al cliente o informarle de que es necesario adaptar un texto sustituyendo la información original por una local o eliminando la original directamente. Por ejemplo, hace unos años los aparatos eléctricos para el mercado americano tenían un voltaje de 110V, mientras que en gran parte de Europa gastábamos 220V (creo recordar que, antes de entrar en Europa, en España gastábamos otro voltaje distinto). Hoy en día los aparatos vienen preparados para un voltaje de 100V a 240V, con lo que no es necesario un transformador, pero antiguamente había que adaptar tanto el aparato como la información del manual para la red eléctrica de turno. Algo que todavía hay que hacer en ciertos países, por cierto.

También nos podemos encontrar con mediciones en el sistema imperial. Todo está muy claro cuando un texto habla de pulgadas o de grados Fahrenheit, pero si estamos frente a un texto de fontanería igual nos encontramos con una medida "exótica": psi. Si no nos informamos, igual ni pensamos y lo dejamos así, pero en España y en gran parte de la UE se habla de bares. ¿Podemos hacer la conversión al sistema métrico alegremente, cambiar el dato y a otra cosa? Es posible que la sección nacional o comunitaria del fabricante haya hecho mediciones oficiales en laboratorio y quiere que se usen esos datos, que pueden diferir (poco, pero de forma crucial) de la conversión directa que nosotros hayamos podido hacer.

Y, ¿qué pasa cuando solo aparece un número de teléfono estadounidense? Entonces es necesaria la ayuda del cliente para que nos proporcione la información local válida. Lo malo es que hay mucho cliente intermediario pasota que no nos proporciona la información, tenemos que dejarlo sin adaptar y luego todo son prisas a última hora cuando se dan cuenta del fallo.

Pero volvamos al tema de Nokia, ya desde una perspectiva menos traductóloga y más tecnológica. No me extraña que el jefazo de la compañía finlandesa les haya metido un buen rapapolvo a sus empleados. Desde luego que el Symbian del C7 no es la misma caquita que yo sufrí en el N80, pero sigue siendo poco agradable de usar. El sistema operativo en sí es decente, pero no es ninguna maravilla comparado con Android o iOS. Sin embargo, el proceso de registro en la tienda Ovi es muy molesto, la descarga del software de gestión de música de Nokia para el PC falla 5 veces de cada 4 (mi madre insistía en que podría bajarse música gratis y yo venga a decirle que no), la aplicación nativa de Facebook es una caquita que se desconecta continuamente, etc.

Señores finlandeses, ya habéis oído a vuestro jefazo. Es hora de que os pongáis las pilas, que os pilla el toro.