jueves, 30 de septiembre de 2010

Estándares (I)

Estándares
En el campo de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los estándares permiten a las aplicaciones y a los procesos intercambiar datos y trabajar de forma más eficiente. Los estándares cerrados y propietarios suelen estar controlados por instituciones privadas que pueden optar por no compartir información sobre la definición y estructura de estos estándares, lo que dificulta la integración y compatibilidad con productos de terceros. Aunque la definición de un estándar cerrado esté disponible, de forma que éste pueda implementarse por terceros, sigue siendo un estándar cerrado porque sólo la institución que lo controla tiene el poder para actualizar el estándar. Al permanecer el control en manos del desarrollador original, éste puede cancelar la licencia de uso del estándar a terceros, con lo que dejaría en una mala situación a éstos.
Un estándar 100% abierto no sólo comparte su definición y estructura con la comunidad, sino que también permite su libre implementación. Un organismo independiente que desarrolla, mantiene y promueve un estándar abierto agradece la participación y el debate con terceros.
Dos estándares habituales para el procesamiento de texto son Microsoft Office XML (DOCX) y OpenDocument Format (ODT). Aunque ambos están certificados por la prestigiosa ISO, y la definición completa y su estructura están disponibles para facilitar la libre implementación, no son igualmente "abiertos". El primero está desarrollado, mantenido y promovido por la multinacional Microsoft, mientras que el segundo procede de la comunidad de desarrolladores que apoya el proyecto OpenOffice.org. El primer estándar está controlado por una empresa cuyos procesos están cerrados a terceros, mientras que el segundo promueve la participación del público en voz y voto.
En la industria de localización, los estándares se han vuelto algo muy común en años recientes. El almacenamiento de pares de unidades de traducción (origen > destino) para el intercambio de datos de traducciones pasadas está especificado en el estándar LISA TMX 1.4. El estándar OASIS XLIFF 1.2 establece una lingua franca en formato de archivo para traducción, con el cual se pueden intercambiar datos de traducciones actuales, además de dar soporte a flujos de trabajo, segmentación de texto y terminología. Aunque existen muchos otros estándares en localización, estos dos son los más comunes, quizá porque proporcionen los usos más básicos y necesarios.
El uso de un estándar único como XLIFF evita la complejidad inherente de tratar con múltiples formatos de archivo. Mientras el convertidor XLIFF se actualice para tratar con las últimas revisiones de estos formatos de archivo, no es necesario preocuparse de otros estándares.
El estándar XLIFF permite un fácil intercambio de información entre herramientas y procesos de traducción, aunque tiene como requisito previo un filtro de archivos que convierta entre el formato original y el formato XLIFF. Es decir, debe desarrollarse un filtro que separe los datos localizables (por ejemplo, texto y etiquetas de marcado relevante) de los no localizables (por ejemplo, etiquetas de marcado irrelevante y ciertos elementos multimedia) de forma estructurada. Por ejemplo, la solución libre Okapi Framework puede convertir entre muchos formatos de archivo y XLIFF, además de completar funciones de validación, entre otras.

(Ésta es la primera de mis entradas relacionadas con mi tesina del máster. Quedan dos más sobre estándares y ya cambio de tercio. Como veis, no valgo para investigador. Y no es falsa modestia.)

jueves, 23 de septiembre de 2010

Mención Ibidem y tesina

La semana pasada en Ibidem mencionaron esta santa casa como uno de los 20 blogs más prometedores sobre traducción de la blogosfera española. Su valoración y confianza es una ayuda para seguir adelante.

Cuando empecé este blog a finales de 2007, fue principalmente como un diario para mí mismo, para obligarme a investigar de forma más pública y compartir mis resultados. A veces se dice que un blog se abre para... digamos "socializar". El elemento social no me importaba en absoluto por aquel entonces, de hecho ni siquiera le dije a nadie que tenía un blog, ni puse enlaces a otros blogs, ni pedí enlaces, ni nada. Ahora no es que tenga muchos lectores, pero al menos sí tengo conexiones sociales pequeñitas, por aquí y por allá. Es un gran avance para un antisocial como yo.

Tira de Linuxhispano© Copyright 2009, Daniel Garcia Moreno (danigm)

Ahora llevo unos meses ocupado con la tesina para completar el máster de localización. En los últimos tiempos no conseguía avanzar nada, no estaba inspirado, no tenía motivación. De normal, escribir rollos científicos no es que me dé gustirrinín precisamente, pero en este caso además estaba en un atasco monumental del que no podía escapar: más de una vez pensé en dejarlo a medias y ponerme con otra cosa. La semana pasada se me ocurrió ir a trabajar a la biblioteca, donde no tendría ni WiFi (no he pedido el código) ni distracciones. Cuando tienes gente trabajando a tu alrededor, te inspira una especie de nube de motivación que te hace salir de tu letargo y trabajar aunque no quieras. Muy efectivo, se lo recomiendo a todos los que se distraen con el vuelo de una mosca.

Además, he pensado que todas las semanas publicaré aquí entre uno y dos artículos basados en los temas que estoy tratando en la tesina. Serán más reducidos que el original, menos soporíferos y científicos, y traducidos / adaptados al español, para no perder la práctica. Así me motivo un poco más: lo que hago no tiene sólo una utilidad académica sino una utilidad pública. Al fin y al cabo, la tesina sólo iba a quedarse cogiendo polvo sin que nadie la lea, pobrecita, con lo que cuesta de parir.

Por cierto, la tesina trata de herramientas y tecnologías de traducción libre. Tanto las herramientas como la actividad de la traducción son libres, ojo. A ver si se me ocurre algún título simpático para hacer la gracia ;)