Modelo freemium y calidad en ebooks frente a pbooks: Espía de Dios
El 28 de enero, Juan Gómez-Jurado (JGJ), escritor, publicó un artículo muy bien escrito y argumentado en relación a la piratería y los cambios en la industria de contenidos. Alejandro Magno Sanz se picó y le dijo que regalara su novela si tenía güevos. JGJ dijo que sí, que los tenía, dos concretamente, y publicó en su Twitter enlaces a su primera novela en formato ePUB (el formato de ebook más común) y en formato app para iCacharros. Cualquiera se los podía descargar, pero donando 1 eurito a una ONG si no era mucha molestia.
Ya que estaba, sus amigos de Twitter le animaron a crear una web a la que se pudieran sumar otro autores. Una novela para ti, un eurito para la ONG. Desde luego, me parece mejor opción que simplemente decir "como las editoriales no me publican, aquí pongo mi enlace para que cualquiera lo descargue", como hacen otros.
No sé cómo habrá convencido a la editorial para que le dejara colgar su primera novela gratis en Internet. Es un gesto admirable y consecuente con su postura sobre la piratería. Pero no olvidemos que el autor tiene más novelas publicadas, una de ellas bastante reciente, y que "solo" se ha auto pirateado su primera novela. Paulo Coelho ya lo hizo en su día, aunque él con muchas novelas a saco. No estoy criticando a JGJ por compartir la primera novela en lugar de todas sus novelas o la última, que supongo será la que más se vende ahora. Me imagino incluso que no criticará ni perseguirá que sus otras novelas se encuentren fácilmente gratis en Internet, así que da un poco igual.
Sin embargo, no debemos olvidar que los autores no viven del aire. Difícilmente puede uno considerarse escritor (o traductor, o pintor, o programador) si no cobra por su trabajo de alguna forma. Puede ser, por ejemplo, médico o administrativo que escribe como afición por la noche. Vale. Ahora, seguro que los terremotos Twitter de a) el artículo sobre la piratería y b) el zas en toda la boca a Alejandrito le han ido muy bien a JGJ. Para empezar, su nombre y su obra se han dado a conocer. Muchos habrán ido a la librería a comprar el libro que ha liberado el autor o a comprar otros libros suyos.
Regalar ebooks antiguos de un autor para vender los recién publicados no es nada nuevo: ya lo hacía Jim Baen hace ocho años al incluir un CD con ebooks antiguos al comprar una novedad en papel. Es una práctica habitual en ebooks, especialmente con las sagas de novela de género (fantasía, ciencia-ficción, romántica, terror): rebaja o regala las entregas anteriores para conseguir lectores interesados en la nueva entrega.
El caso es que hace unos días en un foro hispano sobre ebooks estaban primero alabando la postura del autor y luego quejándose de los fallos en la maquetación del ePUB. Para empezar, el ebook no tenía TOC o índice de capítulos. Hoy he leído en Todoebooks una queja (y con razón) sobre los fallos no ya de maquetación, sino de revisión y edición que tiene la versión "oficial" liberada por el autor. Bueno, es comprensible: a JGJ le pillaría en un calentón el comentario del Cantante de Miami, convirtió su manuscrito a toda prisa a ePUB y salió lo que salió. Seguro que no tenía a mano la versión final totalmente revisada y bien maquetada que fue a imprenta, sino el archivo que entregó a su editor. Es normal y comprensible. Lo que no es tan normal es que la versión oficial (sin comillas) para iCacharros en iTunes, que hasta la semana pasada era de pago, tuviera los mismos fallos que el ePUB liberado. Eso ya no vale, por muy barata que fuera la app.
Cito la entrada de Todoebooks:
Primero se piensa en el pbook (libro en papel) y el ebook es un producto de segunda categoría. Es habitual en muchas editoriales, cuando les da el venazo de sacar un ebook de un libro ya publicado hace años la pregunta; "¿ande andará la versión electrónica?" Es decir, "¿dónde guardamos el archivo definitivo que enviamos a imprenta?" Ni idea, tú. "Voy a pedírselo al autor, que igual lo tiene." Aquí pueden pasar dos cosas: que lo tenga y no sea la versión definitiva o que no lo tenga y toque escanear una versión impresa. Esto hasta hace dos días era lo normal: en el registro de la editorial se guardaba como versión definitiva el libro en papel y a veces se guardaba un manuscrito no definitivo. Claro, luego llega el momento de publicar el ebook y lloran: "es que es muy caro y costoso publicar la versión en ebook". Y a menudo se publica con más fallos que la última versión impresa. Luego los ladrones son los lectores, claro.
La historia del ebook falluto tiene final feliz. Alguien ha avisado a JGJ y este ha dejado un comentario en el blog de Todoebooks. "Gracias por el curro, lamento las molestias, convertí con Calibre un manuscrito no definitivo, voy a ver si consigo el archivo final". Menos mal que es un autor enrollado y se entera. Y gracias a Twitter por facilitar el contacto a personas de interés.
El problema está en todos esos ebooks comerciales llenitos de fallos de los que avisas a la editorial y esta pasa olímpicamente de contestarte, cuando debería disculparse y prometer pronto remedio. Bueno, las editoriales que se adapten y proporcionen productos de calidad con compra fácil y a precios económicos, sobrevivirán. Las que no se adapten, allá ellas.
Ya que estaba, sus amigos de Twitter le animaron a crear una web a la que se pudieran sumar otro autores. Una novela para ti, un eurito para la ONG. Desde luego, me parece mejor opción que simplemente decir "como las editoriales no me publican, aquí pongo mi enlace para que cualquiera lo descargue", como hacen otros.
No sé cómo habrá convencido a la editorial para que le dejara colgar su primera novela gratis en Internet. Es un gesto admirable y consecuente con su postura sobre la piratería. Pero no olvidemos que el autor tiene más novelas publicadas, una de ellas bastante reciente, y que "solo" se ha auto pirateado su primera novela. Paulo Coelho ya lo hizo en su día, aunque él con muchas novelas a saco. No estoy criticando a JGJ por compartir la primera novela en lugar de todas sus novelas o la última, que supongo será la que más se vende ahora. Me imagino incluso que no criticará ni perseguirá que sus otras novelas se encuentren fácilmente gratis en Internet, así que da un poco igual.
Sin embargo, no debemos olvidar que los autores no viven del aire. Difícilmente puede uno considerarse escritor (o traductor, o pintor, o programador) si no cobra por su trabajo de alguna forma. Puede ser, por ejemplo, médico o administrativo que escribe como afición por la noche. Vale. Ahora, seguro que los terremotos Twitter de a) el artículo sobre la piratería y b) el zas en toda la boca a Alejandrito le han ido muy bien a JGJ. Para empezar, su nombre y su obra se han dado a conocer. Muchos habrán ido a la librería a comprar el libro que ha liberado el autor o a comprar otros libros suyos.
Regalar ebooks antiguos de un autor para vender los recién publicados no es nada nuevo: ya lo hacía Jim Baen hace ocho años al incluir un CD con ebooks antiguos al comprar una novedad en papel. Es una práctica habitual en ebooks, especialmente con las sagas de novela de género (fantasía, ciencia-ficción, romántica, terror): rebaja o regala las entregas anteriores para conseguir lectores interesados en la nueva entrega.
El caso es que hace unos días en un foro hispano sobre ebooks estaban primero alabando la postura del autor y luego quejándose de los fallos en la maquetación del ePUB. Para empezar, el ebook no tenía TOC o índice de capítulos. Hoy he leído en Todoebooks una queja (y con razón) sobre los fallos no ya de maquetación, sino de revisión y edición que tiene la versión "oficial" liberada por el autor. Bueno, es comprensible: a JGJ le pillaría en un calentón el comentario del Cantante de Miami, convirtió su manuscrito a toda prisa a ePUB y salió lo que salió. Seguro que no tenía a mano la versión final totalmente revisada y bien maquetada que fue a imprenta, sino el archivo que entregó a su editor. Es normal y comprensible. Lo que no es tan normal es que la versión oficial (sin comillas) para iCacharros en iTunes, que hasta la semana pasada era de pago, tuviera los mismos fallos que el ePUB liberado. Eso ya no vale, por muy barata que fuera la app.
Cito la entrada de Todoebooks:
¿Esto que demuestra? Pues demuestra que los editores consideran el ebook un subproducto guarro, sin ningún control de calidad y que simplemente se hace para contentar a cuatro frikis que usan ebooks. Eso si, lo venderemos a 15 o 20 euros (no es el caso del libro que nos ocupa en este post, afortunadamente), nos quejaremos de que "la gente es muy pirata y se lo baja gratis", y haremos leyes para cerrar webs.Tiene toda la razón del mundo el administrador de Todoebooks, además de currarse un script muy chulo para aplicar las correcciones fácilmente al ebook. Como ya he dicho, lo anterior es perfectamente aplicable a la versión para iCacharros del ebook, aunque supongo que la versión con la que se ha hecho la app parte también del autor y no de la editorial.
Primero se piensa en el pbook (libro en papel) y el ebook es un producto de segunda categoría. Es habitual en muchas editoriales, cuando les da el venazo de sacar un ebook de un libro ya publicado hace años la pregunta; "¿ande andará la versión electrónica?" Es decir, "¿dónde guardamos el archivo definitivo que enviamos a imprenta?" Ni idea, tú. "Voy a pedírselo al autor, que igual lo tiene." Aquí pueden pasar dos cosas: que lo tenga y no sea la versión definitiva o que no lo tenga y toque escanear una versión impresa. Esto hasta hace dos días era lo normal: en el registro de la editorial se guardaba como versión definitiva el libro en papel y a veces se guardaba un manuscrito no definitivo. Claro, luego llega el momento de publicar el ebook y lloran: "es que es muy caro y costoso publicar la versión en ebook". Y a menudo se publica con más fallos que la última versión impresa. Luego los ladrones son los lectores, claro.
La historia del ebook falluto tiene final feliz. Alguien ha avisado a JGJ y este ha dejado un comentario en el blog de Todoebooks. "Gracias por el curro, lamento las molestias, convertí con Calibre un manuscrito no definitivo, voy a ver si consigo el archivo final". Menos mal que es un autor enrollado y se entera. Y gracias a Twitter por facilitar el contacto a personas de interés.
El problema está en todos esos ebooks comerciales llenitos de fallos de los que avisas a la editorial y esta pasa olímpicamente de contestarte, cuando debería disculparse y prometer pronto remedio. Bueno, las editoriales que se adapten y proporcionen productos de calidad con compra fácil y a precios económicos, sobrevivirán. Las que no se adapten, allá ellas.
Lo peor es que las editoriales no aprovechan la oportunidad para corregir fallos que les brinda la edición digital. En un pbook, si lo imprimias con una errata, pues ahi se quedaba la errata para siempre, lo mas que se podía hacer era corregirlo en una edición posterior, pero el que se lo hubiese comprado con errata se tenía que aguantar.
ResponderEliminarLos libros digitales deberían ir versionados y con actualizaciones y correcciones, como el software. Las editoriales deberían poner a disposición de los lectores alguna herramienta facil para notificar fallos (como se hace con el software) y tomar medidas, corregir, actualizar, y de esta manera ofrecer un producto de calidad.
Quieren llevar al formato digital el mismo proceso que en el papel (libreros de por medio incluidos) y no se dan cuenta de que es algo totalmente distinto.
@eBook Master: Espero que cuando se vendan suficientes ebooks, las editoriales se pongan las pilas y hagan más esfuerzos con las versiones digitales que con las versiones en papel.
ResponderEliminarAhora dicen que no les vale la pena invertir en ebooks porque no venden ebooks y no se dan cuenta de la incoherencia que hay en estas palabras. La gallina y el huevo, vamos.
En Amazon actualizan automáticamente los ebooks cuando los reciben de las editoriales, avisando al lector de que debe borrar el ebook del Kindle para ver la nueva versión. Eso las editoriales que se molestan, claro.
Eso sí, para cuando los ebooks vendan más que los pbooks en España, igual muchas editoriales ya se han ido al garete.
Jordi, buenísima entrada. Es una buena casualidad, porque hace un par de semanas me pasó algo parecido con un libro que compré en Amazon. El libro lo habían convertido de prisa y corriendo, no tenía Indice General, sólo índice de capítulos con el sorprendente agravante de que el color de la fuente era el mismo que el del fondo y era inutilizable. Se lo comuniqué al autor por twitter, el autor se puso en contacto conmigo y después lo hizo la editora.
ResponderEliminarNo digo el nombre porque la solución me satisfizo sólo a medias: me enviaron un ejemplar del libro de papel pero, hasta la fecha, no han corregido la edición digital que es la que verdaderamente me interesa. Por una parte, han demostrado sensibilidad y preocupación por mi, lo cual es incluso una raya en el agua teniendo en cuenta que no pocos siguen sin entender que su cliente es el lector. Por otra, estoy en parte de acuerdo lo que dices de que sigue sin haber preocupación suficiente por el acabado final de no pocos ebooks que se venden.
De todas maneras, si personajes importantes en el mundo actual del ebook te reconocen sin ningún tipo de problemas que hay quien sigue convirtiendo desde el PDF hasta epub, o utilizando herramientas completamente enfocadas en la maquetación de papel para producir epubs que se sabe que están llenos de pufos en el código, pues la cosa está clara: en 2011, muchos siguen sin adaptarse ante el tsunami ebook , va a llegar quien hará bien los deberes (no digo con nota, simplemente que los complete y los entregue sin manchas ni fallos) y va a poner en su sitio a más de uno que se considera intocable. Lo más triste es que no quieren aprovechar las partes buenas de su experiencia, porque siguen completamente centrados en el fetichismo del papel y encadenados por las etapas de producción que ya no son válidas en el nuevo "mundo" digital. Entrecomillo, claro, porque es nuevo para ellos, no para el resto de la población.
Lo que no acaban de darse cuenta es de que el texto no iluminado, del tipo que sea, se puede producir perfectamente desde cualquier procesador de textos, con tal de que se estructure adecuadamente para que sea factible convertirlo al xhtml en el que se basan tanto epub como mobi. Corrijo, no es que no quieran darse cuenta, sino que se resisten de forma muy coherente ante un cuadro realmente tenebroso para algunos: si se acaba comprobando que la conversión de este el fichero final del autor hasta el epub es razonablemente trivial, sobran muchas etapas. Y como quiera que ya se está hablando de que sobran otras etapas más visibles, como la de la distribución tradicional aplicada tal cual al libro digital, si encima se habla de que sobran estas etapas aparentemente imprescindibles, la amenaza de vuelco es como poco ominosa.
Con tu permiso, voy a pegar este comentario también en buzz por si les resulta de interés a los buzzeros.
P.S.: el captcha de hoy es outisher. Extrañamente parecido a outlander en relación a lo que hablamos. Qué miedo
Sí, lo de las conversiones directas de PDF a ebook es algo demasiado común. Hace un par de meses le pregunté a cierto escritor sobre la maquetación de sus ebooks, ya que no me fiaba un pelo. Me contestó que había trabajado en una empresa de diseño, con lo cual estaban "impolutos".
ResponderEliminarVale, pues le compré un pack de 3 ebooks, que en teoría estaban disponibles en "PDF, ePUB y FB2". Hago el pago y recibo 3 PDFs bien hermosos. Le escribo y digo que gracias, pero que yo quería los ePUBs si no era mucha molestia. Los recibo y, como me temía, eran totalmente ilegibles. Entre otras lindezas, los encabezados y los pies de página del PDF estaban ensartados en mitad del texto, con lo cual la lectura era un suplicio. Me quejé y le escribí un buen tocho detallando qué estaba mal, por qué estaba mal y cómo debía haberse hecho.
Se disculpó diciendo que tenía toda la razón y le pasó mis comentarios a la empresa de diseño que se encargaba de los ebooks. El jefe de la empresa se disculpó largo y tendido diciendo que era cosa del Calibre, que había usado para convertir de PDF a ePUB y FB2. ¡Toma ya!
Intercambié unos cuantos correos ayudándole a encontrar un método de trabajo válido para crear un ePUB, concretamente con Sigil. Como bien dices, Juan Luis, un HTML bien estructurado y un Calibre bien configurado sobra para crear un ebook bien digno, pero bueno, sea el Sigil, que queda más profesional.
Luego tocó el tema del FB2, que se convertía como el culo desde el Calibre hicieras lo que hicieras. Le avisé que no hacía falta FB2, que hoy en día no venden cacharros con FB2 y sin ePUB, pero bueno. Le recomendé el Book Designer, que es lo más habitual para trabajar con FictionBook, pero me dijo que no podía ser, que él solo usaba Mac. ... ¡Toma switchero!. Al final le encontré un plugin para OpenOffice que exporta a FB2, con resultados aceptables.
Y aquí estoy, de consultoría tecnológica para empresas de diseño.
Yo he hecho el camino inverso, he contestado primero en buzz y ahora aquí. Ciertamente es un coñazo.
ResponderEliminar¿Al menos te pagan? :P
Lo de sigil es por facilitar, porque no hay que ser Knuth para adecentar el xhtml de un texto sin ilustraciones, plano.
Calibre es un conjunto de scripts para ahorrar principalmente el suplicio de convertir de PDF a cualquier otra cosa. Es como un desensamblador, utilizando terminología casi obsoleta. siguiendo con esa terminología, si dispones de las fuentes no es necesario, basta con una buena conversión para obtener un resultado completamente apropiado para lo que espera el usuario de un ereader.
Como digo, si este hecho fuera más conocido serían demasiadas las etapas que sobran y alguna gente se echaría a temblar.
el captcha es diesser. Traducido del latín por google es "los días de servicio", lo cual es sugerente :D
Pues no, no me pagaron, si es que soy un buenazo ;)
ResponderEliminarEso sí, el maquetador se equivocó y me envió un cuarto libro que había salido después de hacer la compra del pack. Me ahorré una pasta: 2,50 EUR
Me gusta la idea. Creo que, visto cómo está el panorama, y que las editoriales y casas discográficas se siguen quedando con la mayoría de los euros que la gente paga por ese libro o ese CD, creo que la iniciativa a ofrecer tu libro o tu CD (bueno, mp3 diría que mejor) en internet y no solo donar un eurito a una ONG pero también podrían cobrar ellos mismos uno o dos euros por sus propios derechos de autor, que dudo que pagar 3 euros por un libro nos vaya a arruinar.
ResponderEliminarEstoy con "eBook Master" en que estamos en la mejor era para explotar todo lo que internet nos puede dar, y poder así ofrecer actualizaciones del libro, eliminando faltas o, incluso, si el libro está traducido y a mucha gente no le ha gustado la traducción, ofrecer la actualización (a lo mejor por otro eurito o dos) con una traducción hecha por otro traductor, a ver si así gusta más.
Tampoco creo que el librero debería desaparecer. A lo mejor podrían adaptarse: te vas a tu tienda de eBooks donde puedes leer en pantallitas extractos de los libros y luego metes en la maquinita tus 4-5 euritos (o 10, si me apuráis) y la maquinita te saca el eBook totalmente impreso. O si tienes un dispositivo USB, por un precio un poco menor que la versión impresa, te lo copias (pro supuesto, la maquinita tiene varias ranuras USB) y te lo llevas a casa (dejo constancia de que esto lo he escrito yo y que, si alguien me lo copia, que debe derechos de autor XD).
No hay mal que por bien no venga, y está en nuestras manos (bueno, la de las editoriales) adaptarse a las modernidades si quieren sobrevivir.
Por cierto, gracias por tener mi blog en tu lista de blogs XD Me ha hecho mucha ilusión tener un fan :)
@Curri: Sí, los libreros seguirán teniendo un papel en un mercado cada vez centrado en el ebook, pero en casos muy concretos. La impresión bajo demanda es un caso, como bien dices, pero también las ediciones de lujo como los coffee table books o los libros firmados y dedicados.
ResponderEliminarQuién sabe, puede que todavía puedan seguir vendiendo libros no especializados o incluso ebooks. Como dijo Sheldon de TBBT: "puedo comprar todo esto por Internet, si vengo aquí es por el servicio", en referencia a una tienda de cómics.